Sevilla y Celta de Vigo se citaron en Nervión para inaugurar la temporada futbolística en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Los de Lopetegui, tras dos victorias consecutivas, ante Espanyol y Granada, querían sumar otros tres puntos para seguir siendo líder de LaLiga. Los vigueses, con doce canteranos en la convocatoria, quisieron refrendar las buenas sensaciones de la victoria ante el Valencia y sumar el segundo triunfo antes del parón.

Control y oportunidades

Control absoluto del Sevilla durante el primer tiempo. Un equipo, el de Lopetegui, que fue de más a menos en medio de un calor acuciante. Los nervionenses tuvieron varias ocasiones para adelantarse en el marcador, pero no consiguieron materializarlas. El holandés De Jong tuvo las más claras, dos, con un remate a bocajarro que despejó bien Rubén y con un disparo cruzado que se le fue largo finalmente al delantero sevillista. En el minuto 41, Munir tuvo otra clara con un remate de cabeza desde el punto de penalti. Sin embargo, el portero vigués, siempre bien colocado, se hizo bien con el cuero. Los visitantes tuvieron nula presencia en ataque y el Sevilla acabó la primera mitad con un 68% de posesión.

Cuatro minutos de alegría

La segunda parte tuvo mucho menos ritmo que la primera, pero más tensión. El Sevilla siguió igual de sólido, pero el cansancio y la falta de velocidad e ideas arriba hizo que no disfrutara apenas de ocasiones. Los de Lopetegui no perdieron solidez. La insistencia y el balón parado hicieron que llegara el gol del Mudo en Nervión. La algarabía en la grada duró poco, puesto que el empate de Denis Suárez llegó a los tres minutos. El resto de la segunda mitad fue un quiero y no puedo sevillista aderezado con las pérdidas de tiempo continuas de un Celta que supo aprovechar la única oportunidad que tuvo en el partido.

Goles tardíos

El primer tanto del Sevilla llegó al saque de una falta en la zona de tres cuartos. Banega puso el balón en el corazón del área y el Mudo Vázquez la cruzó de cabeza, poniéndola imposible ante la estirada de Rubén.

El tanto del empate llegó pocos minutos después. Jugada de combinación del ataque celtarra que culminó Denis Suárez batiendo a un Vaclik que no apareció cuando el Sevilla le necesitaba.

Sevilla – Celta de Vigo, mal resultado

El Sevilla lo hizo casi todo bien, pero no estuvo despierto arriba y, con el paso de los minutos, el cansancio y el calor hizo mella en los jugadores. El Celta entregó el partido desde el primer minuto. Los de Lopetegui tuvieron el dominio absoluto del juego y del esférico, pero en el único momento de relajación concedieron una ocasión que fue suficiente para tirar por la borda todo el duro trabajo realizado para conseguir anotar el gol sevillista. La cuestión, al final, es que el Sevilla pinchó cuando tenía la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y demostrar de qué palo está hecho esta temporada. Eso sí, queda toda la temporada por delante… y no tiene mala pinta el cuadro.