Existen equipos que se llenan la boca prometiendo resultados lejos de sus posibilidades. Por otro lado, están los equipos que hagan lo que hagan parecen no contentar a algunos sectores de sus aficionados. A estos últimos se les exigen siempre más, se les examina con lupa y cualquier tropiezo es una hecatombe. El Sevilla FC Femenino es uno de esos equipos que sufre la crítica constante. Algunas se hacen desde el amor por los colores, ese que sus aficionados han desarrollado a lo largo de los años. Otras veces, esas críticas son oportunistas. Estas últimas son las que se podrían etiquetar como el iceberg que aparece en medio del Atlántico para hundir el barco.
Sin embargo, el movimiento se demuestra andando. ¿De qué nos vale que Cristian Toro nos hubiera prometido la Liga a finales de agosto? Los seguidores de la Primera Iberdrola son muy conscientes de que esa promesa estaría sustentada en sueños más que en realidades. Por el contrario, el club se esforzó en formar una plantilla para conseguir la ansiada estabilidad en Primera. Esta temporada, parece que el objetivo está un poco más alto e intentan consolidarse en la zona media de la tabla.
A principios de temporada, muy pocos creían que el Sevilla FC Femenino fuera capaz de ganar a toda una Real Sociedad. Una Real que cuenta con Nerea Eizaguirre y Nahikari García en sus filas. Tampoco estaba en las quinielas de muchos, que las entrenadas por Cristian Toro ganaran al Levante UD de María Pry. La labor que desempeña la sevillana en el club granota es digna de ser reseñada. Por esta razón, la victoria conseguida ante el equipo valenciano supone un salto más para un vestuario que crece rápidamente.
Este crecimiento, además, se produce mientras piezas destacadas del equipo están recuperándose de sendas lesiones. Maite o Isabella, ambas capitanas, son ejemplos de las bajas importantes que sufre el Sevilla FC Femenino. Sin embargo, el vestuario no se centra en el problema, sino en cómo solucionarlo. Ellas no pueden estar sobre el césped, pero alientan desde la grada a sus compañeras con sus gritos de ánimo. La arropan en redes y les demuestran que están ahí a cada paso. El grupo cada vez es más fuerte y se ve en cada partido.
Ponerse metas altas está bien, ayuda a superarse. Sin embargo, hay que ser conscientes de la viabilidad para alcanzarlas. Por ejemplo, repetir la gesta de llegar a la semifinal de la Copa de la Reina o ser uno de los ocho equipos que la jugará este año. No me vale que mi equipo haga discurso en los que me venda una realidad paralela, pero sí me vale que mi equipo trabaje con lo que tiene y se esfuerce al máximo.
Este fin de semana, el Sevilla FC viaja a la Ciudad Condal para medirse al FC Barcelona. El equipo entrenado por Lluís Cortés no gana, golea. Tenemos experiencia esta temporada tras el choque de semifinales de la Copa de la Reina. A pesar de ello, ¿por qué el conjunto hispalense no puede plantear un buen partido y romper su racha de abultadas goleadas? No creo que haya que salir diciendo que se va a ganar, algo que, siendo realistas, está 90-10, pero sí se puede decir, y mostrar sobre el césped, que se le va a poner resistencia y se va a luchar cada balón.
El fútbol es caprichoso, un partido dura 90 minutos y todo puede pasar. Como que el Sevilla FC le gane al Levante UD bajo una intensa lluvia y anotando de falta. Nos toca esperar a ver qué nos deja el fin de semana, pero lo que sí es seguro es que el Sevilla FC seguirá creciendo y demostrando con hechos que empieza a ser el equipo que todos queremos.