Juan Soriano fue el protagonista en la noche de ayer en la televisión oficial del Sevilla. El de Benacazón recordó con Roberto Arrocha su infancia, los momentos más delicados de su carrera y el buen momento por el que pasa el club sevillista en la actualidad.
Apoyo familiar
El portero sevillista mostró su otra cara. Se mostró infinitamente agradecido con sus padres, los grandes culpables de que Juan esté ahora disfrutando del primer equipo: “Estoy aquí gracias a mis padres”. Reconoció que en su casa había dificultades, pues eran cinco hermanos y su padre no podía dejar el trabajo para sacar la casa adelante. Por lo que era su madre la que acompañaba a Juan Soriano a todos sus encuentros: “Mi madre se sacrificó siempre y se ha pegado todas esas horas de tren y de autobús conmigo muchísimos años”. El canterano sevillista también esbozaba una sonrisa al hablar de sus hermanos. Fue con ellos con los que Juan Soriano comenzó a dar las primeras patadas o, en este caso, parada a un balón: “De pequeño jugaba con mis hermanos y mi primo con piedras y árboles como porterías”.
Salto profesional
Juan Soriano tuvo un antes y un después en su carrera. El momento que hizo recapacitar al portero sevillista fue la final de Copa del Rey de juveniles que, finalmente, logró alzar. Por aquél entonces, confesó Soriano en ABP, sentía una gran desmotivación por lo que hacía. Algo inusual pues en una final de dicha índole, lo último que debía faltar era la motivación: “No estaba motivado antes de jugar la final de Copa, iba a entrenar porque tenía que ir”. Juan Soriano reconoce haber estado loco por un tiempo, tiempo que ahora queda atrás. El canterano ha alcanzado la primera plantilla y, pese a no disfrutar de minutos, acepta su rol en una muestra de entereza. Lejos de la bilis que podría acarrear la suplencia, Juan Soriano también habló sobre la relación que mantiene con el indiscutible meta titular, Tomas Vaclik: “Me llevo muy bien con él, es mi compañero de habitación y es una gran persona”.