El juicio del Rey Salomón

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Históricamente, hay muchos momentos en los que el ser humano deja ver una de las peores cualidades que tiene. Muchas se recogen en libros de Historia o, incluso, en libros de culto. No sé muy bien la razón, pero una de las historias que me marcó de pequeña fue la de « El Juicio del Rey Salomón». Dos mujeres aseguran ser la madre de un bebé y, ante la imposibilidad de reconocer el derecho legítimo sobre el bebé, Salomón ordena partir al pequeño en dos. Una de las mujeres renuncia a su derecho de recibir una mitad del bebé para evitar que sea sacrificado. En cambio la otra mujer está complacida con la sentencia. El rey, al ver la reacción de las mujeres, decide entregar el bebé, entero y vivo, a la primera. Considera que ese sacrificio para que su hijo viva es suficiente para demostrar el amor que le profesa.

Bien, ¿por qué he pensado en esta historia estos días?. La razón es muy sencilla, la Primera Iberdrola me recuerda a ese bebé. Sí, la liga de fútbol femenino es sinónimo de disputa entre Luis Rubiales y Javier Tebas. Por el momento el Presidente de la RFEF es el que ha ganado la batalla, sin embargo cada vez queda más claro que su gestión no potencia el crecimiento del fútbol femenino en nuestro país. Creo que esto es algo que se repite día a día y, que como todos sabemos, se ha visto agravado por la crisis sanitaria que afecta a todo el planeta.

Pero es que Luis Rubiales, y todos los encargados de la gestión de la Primera Iberdrola, no merecen a la profesionales que tienen en la liga. Esta semana, hemos sido testigos de cómo las capitanas de primera división convocaban a la federación a una reunión para pedirles un protocolo que les permita terminar la competición.

El Sevilla FC Femenino es el único equipo, que por el momento, ha disputado todos los encuentros. A pesar de ello, clubes como el FC Barcelona acumulan cinco encuentros aplazados. Si le sumamos las fechas de competiciones como la Champions o la Copa de la Reina, van a tener semanas muy cargadas. Las capitanas solo piden que el protocolo sea seguro y permita el avance de la competición. ¿Por qué no nos fijamos en países como Alemania o Francia? En ellos la tasa de aplazamiento es bajísima e incluso nula.

Rubiales luchó ante Tebas para que el bebé se quedara en sus manos, pero solo quería ganar esa disputa para demostrar que él tiene el poder. No sabremos nunca si bajo la gestión de LaLiga esto hubiera sido diferente, aunque si observamos los partidos aplazados de la liga masculina y las femeninas nos hace pensar que podría ser más efectivo su plan de gestión. ¿No es bastante motivo de desigualdad que jugadores y jugadoras reciban tratos dispares dentro de un mismo equipo? Y no, no es responsabilidad del club. Esa responsabilidad recae sobre los que están por encima y aseguran que quieren un fútbol femenino profesional, pero están demasiado cómodos en sus asientos para mover un dedo y solo reaccionan ante las posibles crisis que puedan surgir.

Este deporte, con el que tantas niñas sueñan con practicar de manera profesional, solo avanza si sus jugadoras se ponen pie de guerra. Evoluciona por la lucha de las que estaban antes y alguna vez esto debe terminar. La lucha no debe ser algo de las profesionales, debe ser algo desde la competición, por el mero hecho de querer avanzar y ser mejor. No nos comparemos con las grandes ligas europeas, estamos a años luz de parecernos siquiera.

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