Diego Martínez Penas (Vigo, 1980) fue reclutado por Monchi en 2009 para el equipo técnico del Sevilla. Como responsable de metodología y tecnificación formó parte de la primera plantilla. En 2011 se hizo cargo del equipo juvenil, con el que logró ganar la liga de campeones. Pasó a entrenar al Sevilla C y en 2014 subió otro escalón y tomó los mandos del Sevilla Atlético.
Salvación y ascenso
En Segunda B, logró la permanencia en la 2014-15 y en la 2015-16, culminó una magnifica campaña, quedando tercero en la liga regular y ascendiendo a segunda división superando el play off. Martínez afrontó el reto de mantener en segunda al filial esta temporada. A falta de cuatro jornadas para terminar la liga, tiene el objetivo más que asegurado e incluso acecha los puestos de una fase de ascenso que, como equipo filial, no pueden superar.
El preparador gallego cumple, por lo tanto, los requisitos exigibles a un entrenador canterano para volver a promocionar. Por eso, a pesar de que se fija el objetivo en el Argentino Berizzo, Diego Martínez tiene un sitio en la lista de alternativas a sustituir a Sampaoli si, como todo hace pensar, queda bacante su puesto en el primer equipo.
Debería ser una buena noticia para los canteranos del Sevilla. Es razonable pensar, que Diego Martínez es quien mejor conoce a los jugadores que tan bien lo han hecho en segunda división. Por eso, sería más probable que aumentara la participación de canteranos en la primera plantilla.
Martínez seguiría a Jiménez
La última vez que un entrenador canterano culminó su formación ascendiendo al primer equipo fue Manolo Jiménez en 2007. Fermín Galeote, Diego Rodríguez y Ramón Tejada, abandonaron el club tras ser entrenador del filial sin lograr sentarse en el primer banquillo.
El mismo obstáculo que encuentran los jugadores para dar ese salto entre el segundo y el primer equipo, tienen los entrenadores. La brecha que supone pasar de competir a nivel de segunda o segunda B al nivel de Champions League que tiene el primer equipo es muy grande. Además, Martínez tiene pendiente definir su propio contrato, que expira a final de esta misma temporada y que habría que negociar.
Sea como sea, por el trabajo desempeñado, Martínez tiene derecho, al menos, a que se le tenga en cuenta.