De VAR en peor

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La noche apuntaba a tragedia antes de empezar el partido. Machín dejó en la banca a Ben Yedder y Franco Vázquez en uno de los partidos más importantes de la temporada. Sin un goleador y un jugador que cree juego, poco podía hacer el Sevilla ante un Barcelona que salió con todo. El soriano parece que quiso honrar al carnaval de Cádiz sacando una auténtica chirigota en el Camp Nou, que podría haberse llamado Machín, el último en enterarse perfectamente.

VARapalo

Messi sigue siendo el más listo del mundo y se sacó un penalti de la chistera, que el VAR ni se molestó en revisar, para que Coutinho pusiera el primero en el electrónico. Ante la alfombra roja de la Federación poco podía hacer un Sevilla que estuvo a punto de empatar sin merecerlo. Banega falló su primer penalti como sevillista o Cillessen paró el segundo penalti de su vida, como se quiera mirar la jugada. El argentino chutó flojo y mal colocado para desesperación de su afición, que ya había visto como el meta holandés sacaba un balón que André Silva había rematado de tacón. Con razón dicen algunos que el Sevilla es el equipo aspirina, que resucita a los muertos. Sumado a su mal partido, Banega vuelve a situarse en el ojo del huracán de la afición.

El delantero portugués volvió a fallar una ocasión clara ya con el dos a cero en el marcador. Otro partido más sin marcar del portugués, que acusó la ausencia de Ben Yedder, ya que Sarabia sigue dejando mucho que desear en cuanto a juego. Mientras los jugadores sevillistas se dedicaban a fallar pases y perder un tiempo de oro, Rakitic y Arthur aprovecharon la falta de intensidad de la defensa rojiblanca, que ayer pareció no comparecer en el césped del Camp Nou. El brasileño puso un pase entre líneas para que el croata tocara lo justo y batiera a Juan Soriano, cuyo partido deja mucho que desear. Hay que dar continuidad y confianza a los jugadores, pero sin pecar de inocentes. El canterano dejó claro que partidos como el de ayer le vienen grande.

Sin intenciones

La segunda parte tuvo el mismo guión que la primera: el Barcelona atacaba, el Sevilla defendía y Valverde se frotaba las manos pensando en quién sería su rival en semifinales. Machín no cambió un esquema que todo el mundo veía que no llevaba a ninguna parte y el conjunto catalán tardó ocho minutos en meter el tercero, obra de Coutinho. El coladero de Arana por la banda izquierda, cuyo nivel deja claro que está fuera de la tónica del equipo, era la puerta del cielo para los catalanes, que metieron el cuarto en menos de un minuto. Tocaron y tocaron los jugadores azulgrana para que Sergi Roberto metiera un gol que ponía difícil, aún más, la clasificación sevillista. El centro del campo sevillista no tenía recursos ni ganas y Messi pudo hacer el quinto ante la mirada de unos centrales que fueron nulos en el día de ayer.

Kjaer puede ser de lo poco salvable del encuentro, salvando a Soriano de recibir hasta dos goles más, mientras que Carriço y Sergi Gómez miraban. La mentalidad de equipo pequeño del Sevilla en los campos importantes lo condena a estar un escalón por debajo de estos. Amadou perdiendo balones, Roque con amarilla y, como siempre, pasado de revoluciones; o Promes sin verticalidad pusieron la cosa muy de cara para que se cerrara completamente la eliminatoria a favor del Barcelona. Pese a esto, los sevillistas creyeron que era posible cuando Arana empaló un balón que acabó recogiendo Cillesen de su portería. Un gol clasificaba a los hispalenses y estos se volcaron en ataque, aunque de nada serviría.

Caída en picado

Una de las mejores cualidades del Girona de Machín era su juego a balón parado. Esto parece haberse quedado en Montilivi, ya que el Sevilla es nulo en este aspecto. Fue en un córner, muy mal sacado por Sarabia, que el Barcelona montó una contra de libro para poner el quinto en el marcador. Las esperanzas se disiparon hasta tal punto que el el conjunto blaugrana se permitió el lujo de vacilar a la defensa sevillista para que Messi anotara ante su víctima favorita. Juan Soriano fue espectador en primera fila de cómo el club catalán dio un repaso al Sevilla de principio a fin.

Ni la entrada de Ben Yedder, Franco Vázquez y Bryan; tarde los cambios de Machín cuando el partido ya estaba perdido, pudo salvar al Sevilla de un desastre de proporciones épicas. El Barcelona sigue disfrutando sus partidos ante el conjunto hispalense, sobre todo si es en Copa y Messi está en el césped. Si se plantea un partido clave en la temporada pensando en el siguiente, lo lógico es que se pierda ambos. El Sevilla visitará Balaídos el sábado, donde lo espera un Celta cuya racha negativa invita a pensar que esta semana negra para el sevillismo aún no ha terminado. Pese a todo, ni la semana pasada era el equipo de Machín la Brasil de Pelé, ni ahora son candidatos al descenso. El soriano debe plantear un cambio de mentalidad en partidos como los de ayer y empezar a pensar en mantenerse en la parte alta de la tabla.

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