El uruguayo ha aprovechado al máximo las oportunidades que le ha brindado Unai Emery aportando sentido y solidez al mediocampo del Sevilla. Desde su titularidad ante el Espanyol el joven centrocampista ha demostrado haber vuelto con más fuerzas que nunca para quedarse.
En el partido liguero ante el Real Betis, un jugador clave en el esquema del Sevilla, Krychowiak, vió la quinta amarilla que, como consecuencia, acarreaba un partido de suspensión para el polaco. Hasta entonces, Unai Emery no había conseguido dar con un jugador en el centro del campo que complementara a Krychowiak. El técnico sevillista decidió alinear ante el Espanyol a Sebastián Cristóforo, quien cumplió dos buenas actuaciones ante el Logroñes en Copa. De esta forma el uruguayo volvía a jugar en Liga, debiendo dar razones a su míster de que tomó la mejor decisión posible. Y así fue. Desde entonces, el centrocampista charrúa se ha convertido en un habitual en el once del Sevilla FC, ganándose su puesto a base de buenas actuaciones.
La situación del uruguayo ha dado un giro de 180 grados en la plantilla del equipo de Nervión. A finales del 2015, semanas antes de que se abriera el periodo de fichajes invernal, Cristóforo tenía pie y medio fuera del Sevilla FC. A falta de minutos en el equipo, la opción de una cesión era lo más acertado para el jugador en esos momentos. Pero todo cambió en un comienzo de año muy dulce para el sevillista. Si las lesiones y su rodilla izquierda le respetan puede afianzarse con mucha solidez en el esquema de Emery. El charrúa ha sufrido varias lesiones de larga duración que le han mantenido fuera de los terrenos de juego bastante tiempo.
La temporada 2015/16 puede ser, si no hay ningún imprevisto, la que confirme a Sebastián Cristóforo como jugador titular del Sevilla FC. La última palabra la tiene Unai, pero hasta el momento, el jugador le está dando motivos para ello.