Queridos Navas, Lopetegui y Monchi:
Este año he sido muy bueno. Y más que bueno, yo diría, contundentemente, que he sido feliz. He disfrutado mucho con todos y cada uno de los regalos que me habéis ido trayendo semana tras semana y, aunque alguno he preferido dejarlo olvidado por su defectuoso mecanismo, bien es cierto que miro hacia atrás y el conjunto ha merecido la pena de manera sobrada.
Este pasado domingo se cerraba el plazo de entrega de textos para el premio de aforismos de la Fundación Rafael Pérez Estrada. Dedicado en esta edición a los sueños, yo envié el sábado mi manuscrito y en él incluía un aforismo que decía “Soñar es la mejor manera de que se cumplan tus sueños”. Y quise incluir ese aforismo en mi texto siendo muy consciente de que me iban a acusar de plagio, pues esa frase nos la habéis enseñado vosotros. Año tras año, vuestro mejor regalo siempre ha sido esa tarjeta en la que rezaba “No dejes de soñar”. Y no hemos dejado de soñar. Y no hemos dejado de ver cómo, en muchas ocasiones, esos sueños no sólo se han hecho realidad sino que lo han hecho de la mejor manera posible, por la puerta grande, sin concesiones a la duda ni ayudas externas, como les pasa a otros, que dejaron de soñar hace tiempo y ya sólo se ocupan de ahuyentar pesadillas.
Otro de los aforismos que incluí en el texto que envié decía “La mirada perdida y la sonrisa en la boca. Soñar despierto”. Me vais a permitir, por justa correspondencia, que este os lo regale yo a vosotros, si acaso actualizado a día de hoy: “La mirada perdida y la sonrisa en la boca: un sevillista”. Si os dais hoy una vuelta por la ciudad sabréis cómo reconocer a un aficionado del Sevilla Fútbol Club. Más allá de los balcones engalanados con banderas, más allá de las casas decoradas con bufandas y carteles, más allá de las camisetas planchadas y preparadas para lucir mañana, más allá de amuletos y mascarillas con el escudo, veréis a los del Sevilla Fútbol Club con la mirada perdida y la sonrisa en la boca. Porque no dejamos de soñar. No podemos tener mejor regalo.
Se acerca una nueva noche mágica, queridos Reyes Magos, una noche de esas en la que lo más importante a fecha de hoy es algo que salvo nosotros y el Bayern de Munich, ningún equipo del mundo puede decir. Y esa frase la dijiste tú, Monchi: “Nos presentamos”. Mañana, pasará lo que tenga que pasar, pero el regalo de la gloria ya no nos lo quita nadie. El regalo de la ilusión, de haber tocado el cielo una vez más, eso ya es nuestro. No necesitamos ticket regalo porque no lo vamos a descambiar jamás.
Por todo ello, este año, queridos Reyes Magos, yo ya no os voy a pedir más. Esta es una carta de agradecimiento. De inmenso agradecimiento. El viernes, la vida continuará y vosotros seguiréis estando ahí. Porque vosotros tenéis que seguir estando ahí. Que no venga ningún Papá Noel americano a quitaros el puesto. Porque nosotros, los aficionados humildes y cabales, los que pensamos que el Sevilla Fútbol Club es una entidad centenaria y no una cuenta de resultados especulativos, queremos seguir mandándoos la carta a vosotros.
Una vez más, muchísimas gracias por todo.
P.D.: Bueno, en todo caso, y para finalizar, sí que os pediría una cosa. Sólo una: a ver si es posible que los pubs de nuestra ciudad imiten al Sevilla Fútbol Club Stadium Tour y que, por diez euros de entrada (cinco si eres socio), te permitan disfrutar de seis copas premium. Ahí os lo dejo. Como dijo el poeta, soñar no cuesta nada más que tiempo…