Si hay algo que el fútbol necesita y raras veces se le concede es tiempo. En este deporte siempre se exigen resultados inmediatos sin importar el contexto ni los cambios. Y en el Sevilla, que tiene mal acostumbrada su afición por saber vivir en ese límite de manera sobresaliente, esa exigencia es máxima. Se podría cometer un gran error si no se tuviera paciencia con el grupo liderado por Berizzo a las primeras de cambio en el mes de agosto.
Así comenzaron grandes entrenadores
Con un plantel de nuevo renovado con muchas caras nuevas y aún por apuntalar con la temporada ya empezada, Berizzo es consciente de que el equipo debe mejorar. Como ya ocurriera con varios de sus antecesores, los comienzos no son fáciles y que el equipo asimile el estilo de juego es cuestión de tiempo. Y, mientras llega esa mejora, cimentar el crecimiento sobre una base sólida se antoja imprescindible tanto en lo anímico como en lo deportivo.
Así, el Sevilla ha enlazado cuatro partidos sin conocer la derrota y debe ir hacia arriba con el paso de las semanas. Resulta curioso que esta misma estadística sea compartida por el Sevilla de Joaquín Caparrós o Unai Emery o, incluso, en lo que al inicio liguero se refiere, con Juande Ramos y Jorge Sampaoli. El paso de estos técnicos por Nervión fue un éxito en todos los casos.
Parón y tiempo para mejorar
Con la clasificación para la Champions y la victoria en Getafe, el alivio debe soltar al equipo para que pueda desplegar el fútbol que promete con menor presión y mayor soltura. Plantilla y entrenador hay para ello, por supuesto. El parón de selecciones también debe ayudar a cohesionar las piezas y las ideas, que tanto técnico como jugadores parecen tener claras, a pesar de no haberse expuesto con continuidad hasta el momento.
La temporada acaba de empezar y lo importante es crecer a medida que avance el campeonato. Berizzo tiene trabajo por delante y se muestra autocrítico, aunque no hay lugar para las alarmas en el mes de agosto. El Sevilla debe ir a más y lo hará, pero hay que tener paciencia. Pasó antes y, otro año más, volverá a pasar.