Qué decir en un día como hoy… que no se haya dicho ya. Qué escribir en un día como hoy… que no se haya escrito ya. Hoy es un día triste para toda la familia sevillista y solo hay una palabra que defina el sentimiento de la afición de Nervión: dolor. El 15 de agosto de 2012 Nacho Liaño escribía esta preciosa carta:
Te echo de menos. Ya tengo casi 5 añitos y parece que fue ayer cuando Mamá me tenía en sus brazos justo después de dar a luz. Pero tú no estabas… y fue algo que poco a poco, con los años, he ido comprendiendo. Me han contado muchas cosas Papá, al parecer fuiste una persona muy especial para el Sevilla FC y, sobre todo, para toda Andalucía… Además, que la noticia de tu fallecimiento no iluminó el sentimiento de toda España, sino del mundo entero.
¿Es verdad que conseguiste tantas cosas? Debutar en 2ª B con 16 añitos ¡guau, cómo mola! Y con 18 años en 1ª División… ¡con los más grandes Papi! Como tú fuiste y como así te recuerdan todos los Sevillistas. Un hombre mayor, un tal Joaquín me dice Mamá que se llamaba; sevillano, que ahora está en el Mallorca hartándose de sobrasada… te vio desde que eras juvenil y sabía que en esto del fútbol triunfarías, y no dudó en hacerte debutar contra el Málaga… ¿Tan bueno eras Papi?
Por cierto papi, Reyes ha vuelto a Sevilla para volver a ser quien era… y me contó que debutaste con la Selección absoluta porque él se lesionó. Un tal Luis de Aragón… o algo así, no me acuerdo bien, te hizo vestir la camiseta de la Selección Española que tenemos aquí en casita. Y también hay un jugador que me hace mucha gracia cuando me habla, Mamá dice que es italiano y es su acento, pero yo no me lo creo. Dice que te dio el abrazo más emotivo que nunca una persona puedo imaginar tras el gol que marcaste en la Semifinal de la Copa de la UEFA, frente al Schalke 04, que daba el pase a la Final tan esperada por todos. Un gol que lo explica todo.
Tu coraje, tu sacrificio, tu entrega, tu trabajo, tu amor por el Sevilla Fútbol Club… ¡Algún día marcaré un gol así Papá! El ‘chaval’ de Los Palacios me colgará un balón cruzado que no dudaré en disparar como tú hiciste y clavarla en la portería, recibiendo un abrazo, quizás no de Maresca, pero de otro compañero que haga vibrar de emoción a todos los Sevillistas del planeta.
Casi 5 años hace desde que te fuiste. Cómo pasa el tiempo Papá, y ‘qué grande estoy ya’ es la frase favorita de Mamá. Ojalá pudiese escuchártelo decir a ti y es que… ¡si me vieras dar patadas a un balón! ¿Quién sabe, papá, si algún día volverá a existir otra zurda de diamante como la tuya corriendo por la banda izquierda de Nervión? Al menos eso es lo que le digo a tus compañeros, ellos me miran, sonríen y dicen que ojalá fuera así, pero están completamente seguros de que es imposible igualar esa zurda que pisaba el Pizjuán cada Domingo, para morir por su equipo.
Pero nada es imposible, y que te lo digan a ti Papi, que conseguiste con poco más de 20 años lo que muchísimos Sevillistas no han podido en toda su vida. Que te lo digan a ti, que sentiste el rojo y blanco del Sevilla FC en tus venas y llevaste siempre su escudo por bandera. Que te lo digan a ti Papá, que retiraron en su día hasta el dorsal que llevabas a la espalda… aunque ahora lo han rehabilitado, y lo llevará el canterano Luna. Eterno 16, o eso coreaba no sólo la afición del Sevilla, sino también el equipo de Villamarín, que lloró por ti, porque se iba un grande al equipo del cielo. Se nos iba Antonio, humilde y trabajador, del barrio de Nervión.
Me han contado tantas cosas sobre ti Papá… y ninguna ha sido negativa, por eso me enorgullezco de ti, por tener un padre como el que tengo, luchador hasta el final. Por eso me emociono, cuando escucho en el fondo norte del Ramón Sánchez Pizjuán, en el minuto 16 tu nombre y el apellido que hoy me dejas. Que es lo que me queda de ti. Pero me quedan tus carreras por la banda, tus asistencias, tus goles… Por eso quizás algún día, el apellido Puerta vuelva a vestir una camiseta del Sevilla FC, y un lateral izquierdo correrá la banda hasta la extenuación. Será ese el día en el que desde ahí arriba me estarás mirando sonriendo y dirás: ‘Ahí va el hijo de Antonio Puerta, mi hijo, Aitor Puerta.’
Con esta carta Nacho Liaño pretendía demostrar el cariño que se le tuvo, se le tiene y se le tendrá a la mejor zurda de diamantes que ha pisado Nervión. Descansa en paz, amigo Puerta. Por aquí… te seguiremos recordando siempre.
¡Enhorabuena Sr Liaño! Me quito el sombrero y me seco las lágrimas.