El Sevilla realizó un gran encuentro en la primera jornada de la Liga y, a pesar del gran rendimiento colectivo, un nombre brilló por encima de todos. El nuevo delantero nervionense, André Silva, brindó motivos para soñar esta temporada, tras el hattrick anotado frente al Rayo Vallecano. El equipo dirigido por Machín salió del estadio de Vallecas con un contundente 1-4 bajo el brazo, con goles del aclamado Silva y del argentino Franco Vázquez.
Estilo sevillista
Los de Machín jugaron claramente al estilo que caracterizó al Sevilla FC durante tantos años; jugar por los carriles. Jesús Navas y Sergio Escudero crearon innumerables ocasiones de peligro al entrar por los costados del campo, dando así asistencias a Franco Vázquez y André Silva respectivamente. Se pudo ver a un equipo muy compacto y unido, con ganas de retener la posesión y jugar a lo que desea el argentino Éver Banega. Una defensa muy sólida atrás que solo pudo conceder un gol tras un penalti señalado.
André Silva, killer
El portugués, en su primer partido en la Liga, tuvo un debut de ensueño. El ex del Milán pudo materializar la mitad de las ocasiones de las que dispuso, haciendo así sus primeros goles con la camiseta rojiblanca. Salió de titular y no desaprovechó los minutos de juego que le dio Machín. Sabe muy bien jugar de espaldas y se entiende muy bien con Navas y Escudero, ayer carrileros en el esquema de Machín. También tuvo muy buen porcentaje de tiro ya que de 6 tiros a puerta, fue capaz de materializar 3 de ellos. Un debut digno de enmarcar para su historia futbolística.
Sarabia, sin suerte
El madrileño tuvo la oportunidad de seguir con su gran racha goleadora, tras su buen papel en la Supercopa de España y en Europa League, aunque no salió tan bien como se esperaba. Fue titular, rindió a un gran nivel y tuvo varias ocasiones, pero no consiguió anotar ninguna. Fue anulado correctamente un gol suyo en los primeros compases del partido y tuvo una gran ocasión para marcar en la segunda parte, con un remate de tacón que sacó in extremis el portero del Rayo Vallecano privando al sevillista de celebrar su primer tanto en esta Liga. Sarabia fue el tercer cambio de Machín durante el partido, del que salió visiblemente frustrado por no haber conseguido anotar. Se vio su clase y derrochó fútbol creando ocasiones, pero sin el premio del gol.