El fútbol practicado por mujeres es una realidad en nuestro país. Se han alcanzado llenos históricos, cifras de share impensables tras el Mundial de Francia, niñas que comienzan a elegir el fútbol entre sus profesiones más deseadas y poco a poco crece el número de personas que se acercan a los campos, cada fin de semana, para alentar a sus equipos.
Todo ello es el resultado de años de luchas contra la invisibilidad a la que estaba sometido este deporte, pero, por suerte, todo parece avanzar. Anda con pasitos de bebé, esos que comienzan a explorar nuevos caminos y a veces se tambalean, ojalá para encontrar el equilibrio y no caerse.
A pesar de ello, son llamativas las ocasiones en que ‘voces expertas’ se alzan para criticar a las jugadoras y desmerecer el deporte que practican. La última ha sido la del mítico periodista José María García, y digo mítico porque este señor hace tiempo que parece haber desconectado del mundo para crearse uno propio.
Por si no se han enterado, intervino en un programa donde calificó el fútbol femenino como “una mentira”, asegurando que “el número 50 del tenis mundial dejaría en 6-0 y 6-0 a la número 1”. Curioso, ¿no les parece?. Porque vosotros que seguís esta ‘mentira’, ¿creéis que Megan Rapinoe no sería capaz de ganar a Radu Albot?. Yo querría asistir a ese duelo, simplemente me crea una duda, ¿se medirían en un partido de tenis o formarían equipos y jugarían al fútbol?. Porque si tuviera que apostar sería un dato importante.
Estas afirmaciones, de las que ha intentado retractarse en otra intervención radiofónica, no son nada por sí solas. Pueden parecernos más o menos acertadas, pero es una opinión que evidencia su desconocimiento. Sin embargo, creo que el contexto en el que nos encontramos le da un valor que no tienen.
Tras saltar la noticia de la huelga que se llevará a cabo a partir del 16 y 17 de noviembre como protesta por la falta de un convenio colectivo para el fútbol femenino, y que tiene carácter indefinido, nuestra sociedad se ha polarizado. Se escuchan y leen comentarios en los que se defiende que se pide demasiado. Estoy convencida de que no se han leído los puntos, porque me niego a pensar que haya gente que crea que ‘mucho’ es un protocolo de embarazo, vacaciones regladas o que se les reconozca el 75 por ciento de la jornada laboral.
El convenio va más allá de lo deportivo. Son unos derechos laborales dignos y la protección que muchos disfrutan gracias a los sendos convenios colectivos que existen en nuestro país. Por ello, las palabras de García dan argumentos falsos a aquellos que rechazan la lucha de las jugadoras.
Unas jugadoras que dan sentido a la frase: “A veces, la persona que nadie imagina capaz de nada, es la que hace cosas que nadie imagina”, Alan Turing.