El Sevilla salió muy cuestionado del encuentro frente al FC Barcelona. Pablo Machín y los suyos han desperdiciado una ocasión magnífica para meterse en otra final copera. El Sevilla tenía un resultado favorable, conseguido en el Pizjuán, pero Machín y la actitud de los futbolistas lo tiraron por a borda.
Mal planteamiento
Pablo Machín propuso un planteamiento muy amarrategui, con un solo punta y demasiados jugadores no habituales. El soriano dejó en el banquillo a dos jugadores importantes, Ben Yedder y ‘el Mudo’ Vázquez. Machín introdujo en su planteamiento al principio de temporada que le salió impecable, con dos delanteros y tres mediocentros creativos tras ellos. En Camp Nou, volvió a jugar con un delantero, con un doble pivote acompañado por Banega y un Sarabia muy perdido en el sistema.
El cambio de planteamiento en un enfrentamiento tan importante, que podría haber supuesto pase a unas semifinales y optar por una plaza en la final el 25 de mayo, ha sido objeto de crítica por la afición sevillista.
Problema de actitud
El Sevilla sigue siendo incapaz de plantarle cara a los equipos grandes fuera de casa. Sigue sin dar un paso adelante en el crecimiento del club, ya que el crecimiento económico se ha dado, pero queda esa cuenta pendiente. La actitud ayer de todo el equipo fue paupérrima. La humillación sufrida en Can Barça deja muy tocado a todo el plantel y sobretodo a un Pablo Machín que falló de manera escandalosa en el planteamiento. De nuevo tardó en exceso para hacer los cambios.
La afición perdona una derrota en el Camp Nou, pero lo que no tolera es una nueva humillación. El Sevilla se mostró con desgana y como si la cosa no fuera con ellos. El resultado fue demasiado abultado, así que Pablo Machín, que en rueda de prensa comentó que fue «una gran decepción», y los suyos deberán recompensar, de alguna manera, el próximo sábado en liga frente al Celta de Vigo.