Hasta el momento, el punto fuerte de Machín era su esquema. Ese sistema de juego con tres centrales y dos carrileros de marcada proyección ofensiva colocó al técnico soriano entre los mejores del mundo. Todo fue sobre ruedas en el Sevilla hasta que apareció el desgaste por el pronto comienzo de temporada. Conforme a los jugadores que tiene actualmente y al estilo de juego que quiere emplear, es absurdo esperar los mismos resultados que en la primera vuelta. El tiempo no corre en vano, tanto los jugadores como el esquema están fundidos y es el momento de cambiar.
Estilo inviable
El estilo de juego de Machín pierde efectividad conforme pasan las semanas. Es un esquema que requiere de especial esfuerzo físico de los futbolistas y cuando las fuerzas flaquean, el equipo decae. El técnico soriano se empeña en morir con un sistema táctico basado en transiciones rápidas y en un ida y vuelta continuo para el que no tiene los jugadores adecuados.
Parece de absoluta fantasía que a estas alturas de temporada, Machín vaya a cambiar de esquema, pero si los jugadores no responden a la idea de juego del míster, no es una idea descabellada. No se trata de que sea previsible o no el esquema, sino que, con los jugadores prácticamente fundidos, es imposible que de los mismos frutos que a comienzos de campaña.
Adaptarse y competir
No tiene otra opción Machín si desea aguantar en el banquillo sevillista hasta final de temporada. Si la máquina no se adapta al hombre, el hombre ha de adaptarse a la máquina. Esa es la tarea del técnico soriano. En el mercado de verano podría reforzar su artillería para que la respuesta a su estilo de juego sea más gratificante, pero mientras tanto, debe aprovechar los efectivos que tiene. Esto podría conllevar un cambio de esquema para que el estilo de juego se adapte a las necesidades del equipo y de los jugadores.
Lo que es indudable es que la próxima semana puede ser crucial para el devenir del entrenador y de la plantilla. La eliminación de una Europa League que empezó a cocerse en verano supondría una verdadera debacle y Pablo Machín debe hacer todo lo posible para evitar este mazazo.