El Sevilla se reencontró con la victoria en La Rosaleda ante un Málaga necesitado de puntos. Aunque no fue el mejor partido de los de Montella, el tanto en solitario de Correa le sirvió para llevarse los tres puntos de vuelta a Nervión. El italiano se vio obligado a hacer rotaciones en el once e introdujo cambios de cara al partido del próximo sábado ante el Athletic Club.
Bien plantados
Las principales novedades sevillistas estaban en defensa. Sin Navas y Escudero, los habituales en los carriles, Montella tuvo que dar entrada a Layún e hizo debutar a Guilherme Arana. Además, Mercado, quien partía como titular, se lesionó en el calentamiento, precipitando la entrada de Kjaer en el once. Una defensa de urgencias para solventar el ataque malacitano. Pero el planteamiento defensivo de Montella se mantuvo firme. Ninguno de los cuatro habían coincidido en el césped y no encajaron ningún gol. Porque el Sevilla no hizo su mejor partido pero sí lo necesario para llevarse la victoria: hacer gol y no conceder ocasiones.
Sin embargo, exceptuando a Lenglet, llegaban sin mucho rodaje. Layún no tuvo demasiado minutos en Portugal, Kjaer se cayó de las alineaciones con la llegada de Montella y Arana no había jugado ni un solo minuto desde que arribó a Sevilla. Esto provocó que el Sevilla sufriese más de lo normal en el último tramo de partido donde, pese a tener alguna ocasión para sentenciar, se les hizo largo el compromiso.
Nolito se reivindicó
El sanluqueño llegaba tras hacer gol frente al Atlético de Madrid y Montella le dio la oportunidad de salir como titular. Fue la gran figura nervionense y es que llevó el mayor porcentaje del peligro visitante. Asistió de forma magistral a Correa con un pase de cuchara y demostró que aún tenía que aportar en la vigente temporada. Se movió por zonas interiores, no limitándose solo a la línea de cal y cuando el Sevilla más lo necesitaba puso oxígeno. Nolito acabó siendo sustituido en los minutos finales por Geis después de un gran trabajo en el verde.
Ben Yedder sigue sin encontrarse
Esta vez fue el ex del Toulouse quien partió como referencia en ataque. Montella no apostó ni por Muriel ni por Sandro, sino que quiso darle minutos al franco-tunecino. Pero tuvo un turbio partido. No encontró los espacios y aunque le anularon un gol -por fuera de juego inexistente-, Ben Yedder naufragó entre los centrales. Tenía una importante oportunidad para pedir paso ante un rival de abajo, aunque no cuajó un buen partido. A falta de quince minutos fue sustituido por Sandro sin ningún premio bajo el brazo.