Desde comienzos de verano, la dirección deportiva sevillista tenía bien claro quién era el principal candidato para reforzar una posición, que con la más que probable salida de Nzonzi, quedaría bastante huérfana. El poderoso mediocentro francés, Tiémoué Bakayoko, por el que el Chelsea FC invirtió la pasada temporada cuarenta millones de euros, es la apuesta de Joaquín Caparrós para la medular hispalense.
A vueltas con el Chelsea
Al jugador le gusta la idea de afrontar una cesión en el Sevilla FC, no obstante, hay un gran escollo para su incorporación: el Chelsea FC. El club inglés, aunque consciente del bajo rendimiento ofrecido por el francés, no está por la labor de regalarlo. Los cuarenta millones que hace apenas una temporada invirtieron por el talentoso mediocentro, pesan mucho, por lo que la operación se está cocinando durante todo el mercado veraniego a fuego lento. Además, el Sevilla tendría que afrontar un gran porcentaje de la ficha de Bakayoko, que se eleva hasta los seis millones de euros. Lo tardío de la operación ha provocado que clubes con mayor poder financiero como el AC Milan estén interesándose por el jugador, lo cual podría encarecer, aún mas si cabe, el producto.
La llave, Nzonzi
Para que Bakayoko pueda vestir la elástica sevillista, primero tiene que producirse la salida de Steven Nzonzi. Todo apunto a que en estas próximas semanas la venta del jugador podría hacerse efectiva, a razón de unos treinta millones de euros. Esta salida sería un factor clave en el que no sólo el Sevilla se vería beneficiado, sino que, como apuntan los compañeros de Marca, la salida del sevillista provocaría un efecto dominó. La llegada de Nzonzi al Arsenal FC de Unai Emery abriría las puertas de salida a Aaron Ramsey, por el que suspira el Chelsea FC, lo cual obligaría al conjunto blue a tensar menos la cuerda en su negociación con el Sevilla FC por el deseado Tiémoué Bakayoko.