Se acabó, por fin, el culebrón de Joan Jordán. Tras un intenso mes de negociaciones y tiras y afloja, el Sevilla y el Eibar han conseguido ponerse de acuerdo. Tras Dabbur y Diego Carlos, el centrocampista será el tercer fichaje para la próxima temporada, segundo en la nueva etapa de Monchi. El catalán siempre ha sido candidato a reforzar el centro del campo en los últimos mercados de fichajes, y va a ser en este cuando se va a hacer realidad.
Difícil negociación
La contratación del jugador de 24 años no ha sido nada fácil. El Eibar ha sido poco flexible en cuanto a las cantidades, pues solo estaba dispuesto a dejar marchar a uno de sus mejores jugadores por el precio que marcaba su cláusula de rescisión. El club armero pasa por una buena situación económica, y no tiene necesidad de vender. Además, había clubes como el West Ham que sí estaban dispuestos a abonar la cláusula del jugador, que era de 15 millones. Además, el Espanyol recibe el 20% del traspaso. Aun así, las dotes de negociación de Monchi y la voluntad del jugador por vestir la elástica sevillista han sido claves para desbloquear la operación. Las negociaciones se habían estancado, ya que el Sevilla se había plantado en 12 millones y el Eibar no bajaba. La subida de la oferta en un millón ha sido el detonante para que Fran Garagarza, director deportivo de los eibarreses, aceptara. Finalmente, el Sevilla pagará unos 13 millones por Jordán. El jugador llegó en la mañana del jueves al aeropuerto de San Pablo para firmar su nuevo contrato, que lo vinculará con los hispalenses por cuatro años más uno.
Centrocampista completo
Una de las principales características de Jordán es que se adapta a la perfección al esquema de Julen Lopetegui. En un 4-3-3, esquema común del nuevo entrenador sevillista, podría jugar tanto de pivote defensivo como de interior, pudiendo ocupar las tres posiciones del centro del campo. Un jugador polivalente que en el campo ocupa mucho espacio y muy sacrificado en la presión, algo característico de los jugadores entrenados por Mendilibar. Tiene un golpeo de balón exquisito con un gran desplazamiento en largo que puede darle muchas variantes al juego sevillista. Es un especialista en las jugadas a balón parado, tanto en saques de esquina como en faltas. Su 1,85 de altura le hace tener gran presencia en el campo. Por lo tanto, es un fichaje que permitirá a Lopetegui manejar varias opciones con él en el terreno de juego.