Al Sevilla no se le da mal buscar jóvenes talentos, y mucho menos explotarlos. Aunque no siempre sale como la entidad quisiera, son más los casos donde el don y la destreza se han impuesto sobre el césped. El último ‘descubrimiento’ ha sido Joaquín Correa. La temporada pasada llegó para crecer en un equipo especialista en sacar lo mejor de cada futbolista y su proyección ha sido espectacular. Tanto es así que ha conseguido ser un fijo en las convocatorias de la selección argentina.
De la mano de Sampaoli
Llegó bajo el brazo del entrenador argentino y fue uno de los tantos fichajes albicelestes que la dirección deportiva realizó en verano. En su presentación estuvo acompañado de otro que también llegó a Sevilla a petición de Sampaoli, Kranevitter.
Correa llegó a Europa en enero de 2015 procedente de Estudiantes de La Plata. Emigró a Italia, como muchos talentos argentinos, para defender la camiseta de la Sampdoria y en el Calcio rompió en su segunda temporada. En los primeros seis meses que estuvo, Correa disputó seis partidos, pero al curso siguiente, firmó 25 encuentros y tres goles. Pese a no destacar como goleador, la dirección deportiva no dudo en ficharlo y Jorge Sampaoli consiguió a una de sus peticiones para la banda.
El nuevo rol con Berizzo
La campaña anterior anotó ocho goles en 34 partidos oficiales con el Sevilla. De esta forma, hizo su mejor marca goleadora hasta la fecha. Jorge Sampaoli se encargó de que el ‘Tucu’ Correa disfrutase de minutos y de partidos importantes para sacar lo mejor de él. Apareció en ambos costados, por dentro ejerciendo de mediapunta e incluso de referencia. Las buenas actuaciones de Correa hicieron que la afición nervionense se entusiasmase con la llegada de la nueva temporada y con la esperanza de que el argentino brillase aún más, asumiendo galones con la salida de Vitolo.
El fichaje de Berizzo al banquillo rojiblanco ha hecho que el protagonismo de Correa aumente. Hasta ahora, el argentino ha participado en ocho de los once encuentros que ha disputado el Sevilla de manera oficial. Sin embargo, el gol sigue siendo la asignatura pendiente de Correa, pues solo ha transformado uno en lo que lleva de temporada.
Si bien en su primer año con Sampaoli su papel quedó relegado a entrar como refresco, esta temporada su rol ha cambiado. El actual seleccionador argentino prefirió optar por introducir a Correa como refresco, aprovechando la chispa y el desborde que le caracterizan. Este curso, sin estar a la sombra de Vitolo, Berizzo lo ha alineado como titular en seis ocasiones, dejándolo tan solo dos veces como suplente. Un hecho que invita a pensar que Correa puede erigirse como el próximo líder de Nervión asumiendo una relevancia en la plantilla a la altura de muy pocos. Berizzo quiere que Correa sea importante y es la hora del ‘Tucu’.