El final de la cuenta atrás

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Segundos fuera, comienza la temporada. Ilusiones, sueños, esperanzas van a hacer su primer viaje hacia la realidad absoluta. Esta vez el itinerario hará una primera escala en Estambul. Hora es de volver al estadio, de encontrarse con nuestros vecinos de localidad, esos con los que nunca nos cruzamos por la calle, de los que ni siquiera sabemos sus nombres, pero a los que no dudamos en abrazar cuando sueños y realidad se funden en una sola cosa.

¿Se habrá comprado la camiseta de este año el vecino de la fila de abajo? ¿Habrá dejado de fumar el de la izquierda, o me obligará a soportar sus humaredas nerviosas cuando el cero tarde en moverse del marcador? ¿El pésimo de la fila de atrás se habrá muerto ya de una vez, le habrá prohibido su mujer que vaya al fútbol y nos deje ver los partidos tranquilitos? ¿Habrá infartado el de más a la derecha, con la de sofocones que se lleva juegue el equipo como juegue? Son preguntas que me hago y que en breve me voy a contestar. No obstante, hay otras que me preocupan más y que, a modo de cuenta atrás, me hago antes del enésimo intento de conquista de Estambul por nuestras tropas cristianas, y lo hago a modo de cuenta atrás:

DIEZ: Banega. Ha vuelto como se fue, con una jerarquía inconmensurable. Hará jugar al equipo, porque es futbolista que hace buenos a los demás, pero, ¿qué pasará los días que deba descansar, cómo dosificarlo sin que se resienta el colectivo? El equipo tiene que saber jugar con él, que es algo relativamente fácil, pero también sin él. Y esto puede ser un problema.

NUEVE: Delanteros. Mala leche, gol. ¿Dejará Ben Yedder de mirar al compañero cuando tenga en frente el arco? ¿Marcarán los cuarenta goles que necesitamos y que nos faltaron el año pasado para haber competido de verdad? Más goles de los delanteros y mayor acierto en los penaltis (peor no pudo ser) nos hubieran dado lo que nos faltó a final de temporada.

OCHO: A rebato. No, Arrebato, no. ¿Quién tocará a rebato en el vestuario, quién pegará una voz, quién mirará a los ojos a los futbolistas en los malos momentos y les dirá que se fijen en el escudo que llevan y lo que significa, quién llevará el ocho de Iborra en el corazón, aunque no lo porte en la espalda?

SIETE: Edad. Se ha apostado por la veteranía, porque hay más experiencia, pero también con la edad cuesta más trabajo ponerse en forma y hay más riesgo de lesiones, y también se pierde esa tradición de comprar barato para vender caro. La veteranía ha costado mucho dinero. ¿Cómo se manejará a lo largo de la temporada una plantilla veterana?

SEIS: Juventud. El Tucu Correa, Sergio Rico, David Soria, Lenglet, Sarabia… Jugadores jóvenes que han demostrado que se puede contar con ellos; algunos como Sarabia o Sergio Rico, fundamentales en la temporada pasada. ¿Darán el do de pecho que se espera de ellos, imprescindible si aspiramos a estar bien arriba? ¿La cantera seguirá siendo un elemento decorativo en este club?

CINCO: Cancheros. Guido Pizarro, Éver Banega, Krohn-Delhi, el mismo N’Zonzi si no se va. Hay jugadores de mucha jerarquía en el centro del campo y que nos pueden dar grandes tardes de fútbol, gente generosa y de juego colectivo, que nos hacen abrigar muchas esperanzas. ¿Responderán a nuestros sueños en una campaña larga y complicada como la europea?

CUATRO: Centrales. Ha habido muchas desaplicaciones en la pretemporada, pero también es la línea más difícil de ajustar en esta fase. Por las diferentes edades y trayectorias musculares será una línea en la que habrá que rotar con frecuencia para protegerlos. Pareja no puede jugar tanto como el año pasado y Carriço nos sigue preocupando. ¿Hará falta ayuda? Pizarro puede ser un buen complemento para la línea en caso de ser necesario.

TRES: Lateral izquierdo. ¿Equilibraremos la plantilla con un nuevo fichaje de banda? Es de esperar que sí, porque Escudero, que hizo una gran temporada el año pasado, también se lesionó.

DOS: Lateral derecho. Sigo pensando que Mercado en Europa puede ser central, lateral defensivo, de los antiguos, a lo sumo, pero no el jugador de banda con recorrido y calidad a la hora de meter balones adentro. Y a diferencia de Escudero, que es un valor seguro, Corchia es un deseo, un melón por calar. ¿Será el lateral derecho un problema no detectado?

UNO: Entrenador. Berizzo ha sido el entrenador preferido por todos. Alguien serio, con ambición, con su propia personalidad y gran experiencia a la hora de manejar el grupo. Viene en ascenso, de escalar peldaños en la ingrata carrera de los preparadores. ¿Logrará mantener la brillantez del juego desplegado en muchas fases de la temporada pasada? ¿Sacará lo mejor de cada jugador, hará que todos se suban al carro? ¿Tendremos paciencia con él?

CERO: Despegamos. Toca conquistar Estambul. Sin piedad. Estos siete días que vienen marcarán la línea de nuestra sonrisa. Hay muchas preguntas por contestar, muchos deseos por realizar. Yo por mi parte, el único que tengo se resume en poder abrazarme a final de temporada con mi vecino el de la camiseta nueva, tirarle el cigarro al otro cuando levantemos un título y hacerle un buen corte de mangas al pésimo de atrás. Y que si el 061 tiene que venir a por el histérico, que sea por una gran alegría.

Nos vamos a Estambul Menos mal que tengo las uñas largas.

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