Tras jugar una primera parte desastrosa, el Sevilla corrigió todo lo que estaba funcionando mal y remontó el resultado adverso frente al Betis, llevándose al bolsillo un derbi más. Pero esa remontada vino de la mano de la estrategia. Dos goles en dos jugadas a balón parado y, además, ejecutadas de forma idéntica: falta botada por Samir Nasri desde el costado derecho en busca de las torres sevillistas, Iborra y N’Zonzi. Estos dos tantos ante el conjunto heliopolitano convierten al cuadro de Sampaoli en el mejor de la Liga en jugadas de estrategia, con 11 goles. Le sigue el Real Madrid con 10.
El técnico argentino ha contagiado al equipo, desde su llegada, de un estilo de juego marcadamente ofensivo en el que la pelota es el principal protagonista. El Sevilla quiere ser el dueño del balón y marcar los tiempos de los partidos. Pero eso no siempre es posible, como reconoció el propio entrenador argentino en el partido ante el Eibar. Al final, en el fútbol lo que cuentan son los tres puntos. De poco sirve hacer un fútbol preciosista y salir del estadio con la mochila vacía de puntos. Cuando el equipo está siendo sometido por el rival, cuando no encuentra la manera de hacer su fútbol, entonces recurre a otras vías más directas que no levantan al aficionado de su asiento pero sirven para derrotar al rival. Y una de las vías alternativas que más le está funcionando al equipo sevillista es la estrategia.
Un caudal de puntos importante para el Sevilla
El Sevilla lleva ya 11 goles realizados desde jugadas a balón parado, ya sean saques de esquina o faltas. En el Benito Villamarín, el conjunto nervionense se impuso gracias a dos goles conseguidos de esta manera ante un Betis encerrado atrás que dificultaba mucho el ingreso en el área de los atacantes sevillistas. 11 goles se traducen en un caudal de puntos importante y supone una alternativa muy eficaz para Sampaoli a la hora de desatascar partidos en los que el rival impide al Sevilla imponer su dominio a través del balón.