“Recuperar sensaciones”, una de la frases que más he escuchado en estos días. Pero yo tengo una sensación irrecuperable. Porque, lo confieso, creí que podíamos pelear la liga, no sé si ganarla, pero si definirla. En algún momento, a diez partidos (30 puntos en juego), se dejó de hablar de ganar, se empezó a jugar para atrás, se abandonó el riesgo, se apuntó al tercer puesto. Hagamos este test: “Nombran los últimos terceros puestos de los pasado 5 años: ¡Tiempo! Les digo el resultado: los terceros, los cuartos, ni siquiera los segundos pasan a la historia. ¿Sólo vale ganar? Claro que no. Sólo vale pelear.
Estamos en peligro porque dejamos de pensar en ganar mucho antes de perder. Jugamos mal antes de terminar los partidos. Monchi, Sampaoli, parece que todos se van antes de irse. Pero somos nosotros, la afición, la que falla. Como los que se van antes de que termine el partido, como los que silban a sus jugadores. Como los que repiten lo que dicen en la “TV deportiva”. Estamos en peligro de descender de categoría. El Sevilla es un serio aspirante a algo más, pero podemos perderlo todo.
Como se imaginarán Cristiano no es santo de mi devoción, pero ¿de verdad su afición lo pita? ¿Cómo se puede ser así? ¿De verdad creen que eso dignifica? ¿Qué tiene algo que ver con ser mejor, pitar a tu jugador? Y cuidado, por mí, pítenle sin piedad. Pero algo, en mi interior, que adora a este deporte, cree que ese mensaje puede ser aprendido por los niños y niñas que ven los partidos, que si no les explicamos lo mal que está eso, crean que ese gesto, mediocre y cruel, tiene algo de grandeza. A mí me da igual que lo piten, pero cuando voy al Estadio y escucho pitos a los nuestros me preocupo, creo que la influencia de la televisión nos impide pensar. Luego salen jugadores diciendo “La afición siempre tiene razón” y así caemos en la trampa. Es comprensible, el machaque es continuo e internacional. El año pasado estaba en una radio de Uruguay y compartí estudio con uno de los más famosos periodistas deportivos. El día anterior, mi equipo de Montevideo, el Club Atlético Cerro, le había ganado 1 a 0 a Nacional. El periodista criticó el estado del campo, y concluyó que obviamente Nacional había sido mejor. Este año también, hace un par de semanas afirmó que Nacional era el mejor equipo del campeonato uruguayo, aunque casualmente Cerro iba primero. En ambas ocasiones protesté con vehemencia, pero mi voz, era anulada con un argumento demoledor “habla así porque es hincha de Cerro”. Lo mismo sucede aquí, “hablo así, porque soy del Sevilla”. Y la pregunta es ¿de qué equipo son ellos? Los que dicen que Nacional o Peñarol son los mejores, los que aseguran que el Madrid ganará todo, y que el tercer equipo mejor es el Atlético de Madrid, y que el “Cholo” Simeone jamás se irá a la selección Argentina, esos periodistas ¿de qué equipo son? ¿Les parece obvio? Lo es. Pero en los bares, los sevillistas lo repetimos con una inocencia alarmante.
El Madrid mete un gol en fuera de juego, y a su rival le echan injustamente a un jugador clave, pero son los mejores y los demás le jugamos con miedo… ¡venga ya!…Prefiero perder por goleada que por miedo. ¿Ustedes recuperan sensaciones ganándole al Granada en casa?, yo perdí muchas cuando no pudimos ganarle afuera. Quiero recuperar sensaciones, pero no la fe en mi equipo, porque esa no la perdí nunca. Tampoco me interesa recuperar algo que ya sabía: este año hicimos un montón de puntos. La sensación que quiero recuperar es el vértigo de aquel momento, que está quedando aislado. Ese momento del que la TV nunca más va a hablar, cuando podíamos soñar con ganarlo todo. Quieren que lo olvidemos, yo quiero recuperarlo.