El Sevilla vuelve a hacer historia, esta vez enfrentándose al Bayern de Múnich en los cuartos de final de la Champions League. Una gesta complicada teniendo en cuenta que el equipo alemán lleva más de un año sin perder en el Allianz Arena, exactamente desde el 26 de marzo de 2017.
Tener claro el objetivo
La meta del equipo de Vicenzo Montella no es otra que seguir adelante y eliminar al Bayern de Múnich. Para continuar haciendo historia y pasar a la semifinal es necesario tener claro el objetivo del encuentro. Ese no es otro que lograr marcar dos tantos y mantener la portería sevillista a cero, propósito nada sencillo teniendo en cuenta que tan solo un equipo ha logrado meter dos goles en el estadio bávaro, el Wolfsburgo.
La mejor defensa es un buen ataque
El Bayern de Múnich se enfrentará al Sevilla en un momento glorioso. Campeones matemáticamente de la Bundesliga y con veinte puntos de ventaja al segundo, el Schalke 04, el equipo de Jupp Heynckes centra su objetivo en conseguir la Champions. Por ello, una defensa sólida es clave para intentar superar al mejor equipo alemán de esta temporada. El juego del Bayern se ha vuelto muy ofensivo, no doblegándose hasta el pitido final del encuentro. Robben y Ribery son los encargados de jugar por las bandas, mientras que en ataque Lewandowski puede poner en más de una situación comprometida a los hispalenses.
Lenglet es el hombre que puede parar el torbellino que es el equipo alemán en ataque, demostrando una vez más su evolución. Por otro lado, Montella jugará con dos bazas fundamentales en ataque: Muriel y Ben Yedder. El francés podría saltar al terreno de juego como titular, aunque ha demostrado que su rendimiento es mejor en las segundas partes logrando subir el ánimo del equipo. Por su parte, el delantero colombiano no está atravesando su mejor momento, la falta de precisión ha producido el descontento en la afición sevillista.
Casta y coraje
El aliento de la afición sevillista es el ingrediente secreto de la victoria. Casi tresmil desplazamientos a la capital de Baviera logran el segundo mayor despliegue de sevillistas en una competición europea, sin tener en cuenta las finales. El calor y los cánticos inundarán el Allianz Arena hasta el pitido final, siendo el jugador número doce de una noche histórica para el sevillismo.