Siete partidos han pasado desde que Vincenzo Montella aterrizara en el banquillo del Sevilla. Cuatro encuentros de Copa del Rey y tres de Liga han bastado para que el entrenador italiano haya conseguido darle la vuelta a la situación y enderezar el rumbo de un equipo que se había venido abajo incomprensiblemente. Sin embargo, el cambio de dinámica no es casual y está basado en unos factores muy concretos y que, según los entendidos del balompié, solo son cuestiones de sentido común en esto de darle patadas a la pelotita.
Fuera rotaciones innecesarias
La primera clave para Montella ha sido darle minutos y confianza a un solo equipo, el que él considera que es el once titular. Hasta su llegada, el Sevilla cambiaba medio equipo como mínimo de partido a partido, sin importar el rival, y solo pensando en repartir equitativamente minutos entre todos los integrantes de la plantilla. Desde su llegada, el técnico ha dejado claro que solo jugarán quienes lo merezcan y que disfrutar de minutos no va a ser un derecho, sino un privilegio del que gozarán solo los mejores. Da igual si es Copa o Liga, el italiano repite equipo. Los once que salieron en la ida de cuartos de Copa, son los mismos que jugaron en Cornellá frente al Espanyol y son los que saltaron al césped del Sánchez-Pizjuán también en la vuelta ante el Atleti, con la única salvedad del cambio forzado por lesión de Corchiá por Navas.
Un portero titular
Otro acierto de Montella es darle la portería a uno de los guardametas del Sevilla, Sergio Rico. El joven cancerbero es un gran portero, pretendido por grandes clubes europeos, ha llegado a ser internacional, y Montella, consciente de ello, quiere devolverle a su mejor momento. Poco a poco lo va consiguiendo y Rico le responde con grandes actuaciones bajo palos. Desde que llegó el italiano, Sergio Rico lo ha jugado todo y su rendimiento ha mejorado ostensiblemente. En la eliminatoria frente al Atlético de Madrid ha sido uno de los hombres clave, manteniendo al equipo a flote en el Wanda Metropolitano y realizando intervenciones decisivas en la vuelta.
El mejor N’Zonzi
El centrocampista francés no contaba para Berizzo desde que en el descanso del Sevilla-Liverpool tuvieran un encontronazo en el vestuario. Esa crisis fue el comienzo del fin del técnico argentino en Nervión y una pérdida clave para el equipo. Montella llegó y lo primero que hizo fue darle el peto de titular al jugador galo. Desde entonces, N’Zonzi lo ha jugado todo con Montella, a excepción del partido frente al Alavés, en el que jugó Pizarro. En este aspecto, el técnico italiano ha tenido doble acierto, en el sentido de que ha puesto a N’Zonzi solo en el pivote defensivo, sin el acompañamiento de Pizarro —una de las disputas que le enemistó con Berizzo—. Al francés lo acompaña ahora Banega, que se ocupa de sacar el balón y que deja las tareas defensivas por completo al espigado jugador francés. El partido de vuelta de cuartos frente al Atlético de Madrid ha sido la mejor actuación de N’Zonzi en lo que llevamos de temporada.
Correa y Vázquez
El caso de los dos argentinos es especialmente llamativo. Ambos llegaron a ser totalmente defenestrados por la opinión pública para jugar en el Sevilla. No se entendía qué hacían estos dos futbolistas aún luciendo el escudo nervionense y eran poco más que dos estorbos. Montella ha conseguido darle la vuelta al calcetín y hacer de ellos dos jugadores indispensables. Ante el Atlético de Madrid, incluso, salieron ovacionados por el público, después de un soberano partido que ambos se marcaron. Correa vuelve a ser esa gran promesa del fútbol que derrocha calidad y garra sobre el césped. El ‘Mudo’, por su parte, lleva la batuta del equipo en ataque junto a Banega, dando asistencias y marcando goles. Corren, juegan, atacan, defiende, se sacrifican y dejan todo sobre el verde. Irreconocibles, si echamos la mirada tan solo un mes atrás.
Sarabia debe jugar
El madrileño apenas contaba para Berizzo y su rendimiento estaba muy alejado del completo jugador que deslumbró a todos la temporada pasada. Con Montella, Sarabia está recuperando su nivel y se ha hecho con un puesto fijo en el once del italiano. Con él en el césped, el Sevilla conduce mejor el balón, ataca por la banda inteligentemente alternando el puesto de interior con el de extremo y, además, marca goles. Este es un jugador clave en la recuperación del Sevilla y Montella sabe que tiene que ser titular.
El mejor Muriel
Montella ya le conocía de su etapa en Génova —al igual que a Correa—, como técnico de la Sampdoria. Si bien es cierto que Ben Yedder no ha dejado de contar y marcar, el italiano le ha dado la camiseta titular a Muriel y el colombiano ha respondido con lo que desde principio de temporada se esperaba de él: goles, calidad y entrega. El jugador cafetero cuatro partidos como titular con Montella en el banquillo y los ha utilizado para demostrar por qué es el fichaje más caro de la historia del Sevilla. Anotó gol frente al Espanyol y ha sumado en todos los encuentros. Presión arriba, inteligencia a la hora de atacar, desmarques y conducción. Luis Muriel se destapa como el delantero que todos esperaban y su progresión debe seguir por este camino.
Ahora, a Montella se le presentan nuevos retos, como evitar que el máximo goleador del Sevilla, Ben Yedder, se desenchufe o conseguir sacar lo mejor del resto de jugadores de la plantilla, para que sin ser titulares, no se sientan suplentes. En cuanto a la clasificación, el sevillismo sueña con otra final, con la opción de disputar otro título, y con conseguir el objetivo de clasificarse para la Champions League. El Sevilla de L’Areoplanino ha despegado y su vuelo se antoja alto.