La pretemporada va llegando a su fin y el nuevo técnico, Pablo Machín ha tenido ya tiempo de valorar a sus futbolistas y experimentar con ellos en diversas facetas del juego. Uno de los integrantes de la primera plantilla sevillista que parece haberse ganado la confianza del soriano, no es otro que Guilherme Arana. El brasileño, tuvo una presencia testimonial la pasada campaña y en esta, por lo visto en el último mes, parece que dispondrá de más oportunidades para demostrar el por qué de su fichaje.
Su nuevo rol
La incorporación de Pablo Machín al cuerpo técnico del Sevilla FC supuso un cambio principalmente en el sistema de juego. Con el Girona alternó el 3-5-2 con el 3-4-2-1, este último sistema, es el que más está utilizando en pretemporada con el club hispalense, también en consecuencia al déficit de delanteros existente a día de hoy. En dicha disposición táctica, cobran protagonismo los carrileros, que deben ser hombres de largo recorrido que suban la banda con alegría y estén comprometidos en defensa. En la temporada pasada, Guilherme Arana disputó tan sólo tres encuentros con el Sevilla FC y a un nivel muy lejos de lo que se esperaba de un futbolista por el que se desembolsó 10 millones de euros. La posición que ocupó, fue la de lateral izquierdo, demarcación que le obliga a estar más pendiente en defensa y ahí salieron a la luz muchas de sus carencias. El nuevo entrenador, parece haber encontrado el sitio al brasileño en la posición de carrilero izquierdo donde tiene más libertad de movimiento.
Con margen de mejora
Pese a encontrar su lugar en el equipo, a Arana aún le queda mucho para convertirse en ese futbolista del que hablaban maravillas desde Brasil. Aunque ha disputado prácticamente todos los partidos de la pretemporada, aún sigue cometiendo errores en defensa y no termina de explotar en posiciones de ataque. Sin embargo, es un hecho que Machín confía en él, por el número de oportunidades está teniendo y que además el futbolista mejora progresivamente con el paso de los partidos.